En modo preaviso: Boeing se prepara para que la NASA cancele el programa Artemis y su cohete SLS
Boeing, el contratista principal del cohete Space Launch System (SLS), se está preparando ante la posibilidad de que la NASA ponga fin al programa.
David Dutcher, vicepresidente y director del programa SLS de Boeing, convocó el viernes 7 de febrero una reunión de emergencia con aproximadamente 800 empleados involucrados en el proyecto. La reunión, que duró solo seis minutos y no permitió preguntas, fue descrita como "fría y guionada" por una fuente interna citada por ArsTechnica.
Boeing informó en esa reunión que sus contratos con la NASA podrían concluir en marzo, lo que podría derivar en despidos. La empresa notificó a los empleados afectados en cumplimiento con la Ley de Ajuste y Notificación de Reentrenamiento Laboral (WARN, por sus siglas en inglés), que exige a los empleadores en EE. UU. con más de 100 empleados a tiempo completo proporcionar un aviso con 60 días de anticipación en caso de despidos masivos o cierres de plantas.
"Para alinearnos con las revisiones del programa Artemis y las expectativas de costos, hoy informamos a nuestro equipo de SLS sobre la posibilidad de reducir aproximadamente 400 puestos para abril de 2025", indicó un portavoz de Boeing. "Estamos trabajando con nuestro cliente y buscando oportunidades para reubicar empleados dentro de la compañía y minimizar la pérdida de empleos".
Debate en la Casa Blanca sobre el futuro del SLS
El anuncio de Boeing coincide con la próxima presentación del presupuesto del gobierno de EE. UU. para el año fiscal 2026. Se espera que el documento inicial incluya una lista de prioridades de gasto para el Congreso y algunas proyecciones económicas, aunque sin obligación de implementarlas.
Diversas fuentes señalan que existe un debate dentro de la Casa Blanca y la dirección de la NASA, encabezada por la administradora interina Janet Petro, sobre el futuro del cohete SLS y el programa Artemis. Mientras algunos sectores abogan por la cancelación del cohete, Petro ha instado al gobierno a permitir al menos los vuelos de Artemis II y Artemis III antes de tomar una decisión definitiva.
Críticos del SLS argumentan que su elevado costo, que supera los 2.000 millones de dólares por lanzamiento sin incluir carga útil ni costos de infraestructura terrestre, justifica su cancelación. Señalan que mantener el programa hasta el primer alunizaje podría ralentizar los avances, ya que los grandes contratistas podrían prolongar el trabajo para extender los fondos bajo contratos de "costo más margen fijo".
Retrasos y costos elevados
La reunión del viernes sugiere que Boeing considera real la posibilidad de que la administración de EE. UU. proponga la cancelación del SLS en su próximo presupuesto.
El Congreso ordenó a la NASA desarrollar el cohete en 2011, utilizando componentes heredados del transbordador espacial, como sus motores principales y propulsores laterales. Aunque inicialmente estaba previsto que volara en 2016, su primer lanzamiento ocurrió en 2022.
El desarrollo del SLS ha costado aproximadamente 3.000 millones de dólares anuales, mientras que la industria privada ha avanzado con soluciones más económicas. Empresas como SpaceX y Blue Origin han desarrollado cohetes pesados reutilizables a una fracción del costo del SLS, poniendo en entredicho la viabilidad económica del programa gubernamental.
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