Flair Airlines está siendo investigada por deberle al gobierno federal una suma de $67.2 millones en impuestos impagos. Esto ha llevado a que la Agencia de Ingresos de Canadá (CRA) solicite una orden judicial para la incautación y venta de activos de la aerolínea.

El CEO Stephen Jones señaló que la deuda se relaciona con el pago de derechos de importación de los 20 Boeing 737 Max que conforman la flota de la aerolínea de bajo costo. A pesar de la orden judicial obtenida en noviembre por la agencia tributaria, Jones afirmó que las operaciones de la aerolínea no están afectadas y que incluso se expandieron en el último año, intensificando la competencia.

«Tenemos un plan de pago acordado mutuamente con la CRA para estos derechos de importación, y estamos al día con ese plan», afirmó Jones. Los detalles del acuerdo permanecen confidenciales.

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Por su parte, la CRA -que no puede realizar anuncios sobre casos específicos debido a la confidencialidad de su actuar- enfatizó su preferencia por negociar acuerdos basados en la capacidad de pago de una empresa antes de recurrir a acciones como el embargo de ingresos o la incautación de activos.

Flair ya había sufrido en marzo el embargo de cuatro aeronaves por parte del lessor Airborne Capital, que alegó la falta de pago de los arrendamientos. La aerolínea respondió con una demanda judicial de $50 millones contra Airborne Capital y otras tres empresas de arrendamiento, calificando las demandas continuas de pago como «infundadas».

La compañía está enfrentando una creciente competencia por parte de WestJet -que está expandiendo su presencia en el oeste de Canadá- y de las low cost Lynx Air y Porter Airlines, ambas en franca expansión. Flair Airlines opera un total de 20 aeronaves Boeing 737-800 (2) y 737 MAX 8.