Informe preliminar: Aproximación desestabilizada y fallas en la infraestructura, claves en el accidente de San Fernando
Según el informe preliminar de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), la aeronave presentó "diferencias significativas" en su aproximación final comparada con los últimos 10 aterrizajes previos.
El 18 de diciembre de 2024, un Bombardier Challenger 300 con matrícula LV-GOK, operado por New Lines S.A., sufrió un accidente tras aterrizar en el Aeropuerto Internacional de San Fernando, Buenos Aires. La aeronave se salió de la pista y terminó fuera de los límites del aeródromo, provocando un incendio. Lamentablemente, ambos miembros de la tripulación perdieron la vida.
Según el informe preliminar de la Junta de Seguridad en el Transporte (JST), la aeronave presentó "diferencias significativas" en su aproximación final comparada con los últimos 10 aterrizajes previos. Los datos obtenidos del sistema ADS-B mostraron que "la trayectoria del vuelo accidentado (en color amarillo) mostró diferencias notables en cuanto a altitud y alineación" respecto a las aproximaciones anteriores. La aeronave tuvo problemas durante su descenso, lo que podría haber causado la pérdida de control o el desvío fuera de la pista.
Fallos en la respuesta del servicio de rescate
El informe también pone de manifiesto varios problemas con la respuesta del Servicio de Salvamento y Extinción de Incendios (SSEI). Después del accidente, el tiempo que tardaron en llegar al lugar fue excesivo. "Desde el momento en que la aeronave comenzó la excursión de pista (+0:00) hasta que las autobombas ARFF y de apoyo transitaron por la calle de rodaje Charlie, transcurrieron 2 minutos y 38 segundos", señala el informe, y que el inicio de la aplicación del agente extintor -que no alcanzó la zona central de la aeronave- fue visualizado a los 4 minutos y 37 segundos de la excursión. Esta demora en la respuesta inicial generó una complicación en el control del incendio.
El informe también resalta la falta de eficiencia de los vehículos de bomberos, debido a obstáculos en el área. "En el área destinada al SSEI se observó la presencia de aeronaves en desuso que obstaculizaban el tránsito rápido de los camiones de bomberos", lo que retrasó la llegada de los vehículos de rescate al sitio del accidente. Además, las estaciones de recarga de agua para los camiones no tenían la presión necesaria para una carga rápida, lo que dificultó aún más la operación de los equipos de extinción.
Problemas en la infraestructura
A la falta de respuesta rápida se sumó la deficiencia en la infraestructura del aeropuerto. "La conexión de repostaje de agua no contaba con la presión suficiente para realizar una carga rápida de los tanques", detalla el informe. Además, se constató que los camiones de bomberos no podían cruzar una zanja de desagüe abierta en el área de intervención, ya que "ninguno de los vehículos operativos tenía capacidad de vadeo suficiente".
Estos primeros hallazgos serán complementados con los datos obtenidos de la grabadora de voces de cabina (CVR) y la grabadora de datos de vuelo (FDR), cuyos datos se están extrayendo y analizando. El informe final incluirá esta información, así como datos clave de la infraestructura aeroportuaria, la tripulación y la aeronave.
El informe final, de acuerdo con lo estipulado por el Anexo 13 de la OACI, podrá conocerse aproximadamente al año de producido el accidente.
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