El truco japonés: Delta elude aranceles del 10% sobre sus nuevos aviones de Airbus con una movida estratégica
Delta Air Lines implementó un truco para evitar los aranceles del 10% impuestos por la administración Trump a los aviones de Airbus importados desde Europa. La aerolínea enruta sus nuevos aviones a través de destinos internacionales como Tokio Narita (NRT) antes de su ingreso a Estados Unidos, eludiendo así la clasificación de importación "nueva".
La táctica aprovecha la definición estadounidense de aeronave "nueva", que excluye a aquellas que realizaron vuelos operativos más allá de las pruebas de producción o entregas directas. Al operar un vuelo comercial fuera de la Unión Europea antes de llegar a EE.UU., el avión deja de cumplir con esta definición, evitando así el gravamen.
Recientemente, un Airbus A350-900 de Delta (matrícula N528DN), fabricado en Toulouse (TLS), voló inicialmente al Aeropuerto de Tokio Narita (NRT). Desde allí, ingresó a la red de servicios internacionales de Delta sin incurrir en derechos de importación. Una estrategia similar se empleó durante la primera administración Trump cuando se introdujeron inicialmente aranceles sobre bienes europeos, incluyendo aeronaves.
Adicionalmente, Delta evita los gravámenes al destinar estas aeronaves exclusivamente a rutas internacionales. Mientras los aviones no se basen permanentemente en EE.UU. para operaciones domésticas, permanecen exentos de ser clasificados como bienes importados sujetos a las reglas arancelarias.
Actualmente, las regulaciones estadounidenses aplican un arancel del 10% a los jets Airbus nuevos importados desde Europa. No obstante, Airbus produce ciertos modelos, como algunos A220 y de la familia A320, en su planta de Mobile, Alabama (EE.UU.), lo que los exime de estos cargos.
Las partes importadas por separado podrían enfrentar tasas, pero las aeronaves completas ensambladas localmente no resultan afectadas. Además, Delta recibe algunos Airbus A220 fabricados en las instalaciones de Airbus en Mirabel, Quebec (Canadá). Estas aeronaves se benefician de un tratamiento arancelario diferente debido a los acuerdos comerciales entre EE.UU. y Canadá.
Si bien esta estrategia resulta más sencilla para aviones de fuselaje ancho como el A350, naturalmente destinados a rutas internacionales de largo recorrido, presenta desafíos logísticos para aeronaves de fuselaje estrecho como el A220, frecuentemente utilizadas en vuelos domésticos. Para cumplir la normativa, Delta podría operar estos aviones en rutas entre destinos de Canadá, México, el Caribe y Estados Unidos, asegurando que ninguna aeronave se clasifique como "importada".
Esto exige una gestión meticulosa de la flota y planificación de rutas, incrementando la complejidad logística de la aerolínea a medida que más aeronaves se entregan bajo este modelo. Incidentes operativos pasados, como el de American Airlines operando por error un Airbus A321 sin certificación ETOPS a Hawái, ilustran la criticidad del cumplimiento preciso en estrategias de gestión de flota complejas.
El CEO de Delta Air Lines, Ed Bastian, dijo repetidas veces que la aerolínea no absorbería los costos arancelarios. Sus comentarios apuntaban, aparentemente, a una modificación en la logística de entrega o a que Airbus asumiera el costo. Los eventos recientes confirman que Delta optó por un truquito logístico.
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