La reciente decisión de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones de México, Canadá y China está generando preocupación en la industria aeroespacial global. Las tarifas, del 25 % para productos mexicanos y canadienses y del 10 % para los chinos, fueron justificadas por la administración de Donald Trump con argumentos vinculados a la inmigración y el tráfico de drogas.
La industria aeroespacial opera a través de una compleja red de proveedores internacionales para la fabricación de componentes esenciales. Los aranceles podrían elevar los costos de producción debido al encarecimiento de materiales como aluminio y acero.
Además, las posibles medidas de represalia por parte de los países afectados podrían dificultar el acceso a piezas críticas, generando retrasos en la fabricación y entrega de aeronaves.
El director ejecutivo de Airbus, Guillaume Faury, advirtió que las compañías aeroespaciales europeas se están preparando para un proteccionismo creciente en Estados Unidos. Faury también señaló que las cadenas de suministro aún no se han recuperado completamente de los efectos de la pandemia, lo que agrava la situación.
Proveedores clave en México, Canadá y China
México consolidó su papel en la industria aeroespacial con más de 350 empresas y exportaciones por 9.500 millones de dólares en 2019. Empresas como Safran fabrican componentes del tren de aterrizaje en el país, los cuales luego se ensamblan en Canadá antes de llegar a Boeing en EE.UU.
Canadá es un socio fundamental de la industria aeroespacial estadounidense. Fabricantes locales producen motores para General Dynamics y Textron, además de trenes de aterrizaje para Boeing y Airbus. Empresas como Optima Aero, con sede en Quebec, exportan piezas de helicóptero a Texas para mantenimiento.
China desempeña un papel crucial en la cadena de suministro de Boeing y Airbus. Más de 10.000 aviones Boeing en servicio contienen piezas fabricadas en China. Airbus también mantiene una sólida relación con proveedores chinos, operando una planta de ensamblaje en Tianjin desde 2009 y una fábrica de componentes en Harbin para el A350 y la familia A320.
La imposición de aranceles podría generar diversas repercusiones:
Aumento de costos: El encarecimiento de materiales y componentes importados podría reflejarse en los precios finales de las aeronaves.
Retrasos en la producción: Las medidas de represalia podrían afectar la entrega de piezas esenciales.
Impacto en los consumidores: Las aerolíneas podrían trasladar los costos adicionales a los boletos aéreos.
Menor competitividad: Las compañías estadounidenses podrían enfrentar dificultades para competir en el mercado global.
Efecto en la inversión en I+D
El incremento en los costos podría limitar la inversión en investigación y desarrollo (I+D), retrasando innovaciones tecnológicas en la industria. Expertos advierten que una reducción en programas de desarrollo de aeronaves podría afectar la competitividad del sector. Entre las principales consecuencias se encuentran:
Desaceleración de la innovación: Menores inversiones podrían limitar el desarrollo de nuevas tecnologías.
Fuga de talento: La falta de proyectos innovadores podría motivar a ingenieros y especialistas a buscar oportunidades en otros sectores.
Pérdida de competitividad: Empresas con menor inversión en I+D podrían quedar rezagadas frente a fabricantes con mayores recursos.
La industria aeroespacial enfrenta el desafío de adaptarse a estas nuevas barreras comerciales para mitigar su impacto en las operaciones y el comercio global. La incertidumbre sobre las posibles represalias de los países afectados mantiene en alerta a los fabricantes, que buscan estrategias para evitar una fragmentación de la cadena de suministro.
Además, una menor inversión en I+D podría ralentizar la innovación y afectar la competitividad del sector a nivel internacional.
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