[Opinión]: Comprar un caza no es solo comprar un caza. Opciones, consecuencias y grados de libertad.
Tengo que decir que yo era muy fan de la opción coreana para la FAA. Fantaseaba con refundar nuestra Fuerza Aérea como una fuerza del siglo XXI mediante una asociación estratégica con la industria coreana, estableciendo una relación técnico/industrial/universitaria de largo plazo e implicancias positivas para todos los involucrados. En mi fantasía hacíamos un camino racional, yendo de menor a mayor. Comprar unos F/A-50 block 20, mientras desarrollamos conjuntamente el F-50, para finalmente sumarnos al KF-X. Sabía que era un sueño, pero no imposible, siempre y cuando tuviéramos la inteligencia de generar una política de defensa seria. Pero no.
Con una cartita flojamente redactada de KAI y un tweet de tono ofendido del Ministro de Defensa, le cortaron las alas a mi fantasía y volví a tierra, estrellado.
Forzosamente surgen preguntas sobre la seriedad de las negociaciones con KAI. Como puede ser que nadie, durante este affaire de 7 años que tuvimos con el Golden Eagle, se asegurara el compromiso ingles de exportación de los componentes de su origen. ¿Nadie en el Ministerio de Defensa Argentino pudo prever esta restricción? En fin, creo que todas las preguntas pertinentes están ya perfectamente expresadas en esta nota de Aviacionline.
Pero eso no me quita el mal sabor de boca. Desde el Ministerio de Defensa Argentino no agregan información ni se molestan en dar una explicación. Quedó para la comunidad de personas que se interesan por la Defensa, desentrañar el misterio de los componentes bloqueados por Londres
Según parece, los componentes son:
- Sistema de identificación amigo-enemigo (IFF) de BAE Systems
- Sistema de generación de oxígeno a bordo u OBOGS, de Cobham
- Presentador de datos de pantalla alta o HUD de BAE Systems
- Computadora de misión de BAE Systems
- Los 2 asientos eyectables Martin Baker Mk-16 KR16k
Todo parece indicar que se estaba negociando seriamente por traer 10 F/A-50 de segunda mano, porque en los modelos nuevos, varios de esos componentes son reemplazados por tecnología “Made in Corea”. Incluso hay una versión del Golden Eagle ofrecida con electrónica y armamento israelí de punta, que cambiaría casi todos esos componentes bloqueados. El IFF, el HUD y la computadora de misión podrían haber sido coreanas o israelíes (preferentemente). Del OBOGS hay otras opciones en el mercado. Respecto del asiento MB, cambiarlo no es tan fácil porque hay que recalcular pesos y centro de gravedad. Pero resulta que Argentina cuenta con el mayor y más moderno centro de mantenimiento de Martin Baker en toda Latinoamérica, ubicada en el Área Material Rio IV de la Fuerza Aérea Argentina, en Córdoba. Este taller da mantenimiento a los asientos MB que se usaron y usan en la FAA y el COAN, así como a muchos países de América y África. Por lo que realmente el asiento no es un problema en sí. Entonces, el bloqueo no es por materiales sensibles, pasa por otro lado.
Se trata de política geoestratégica
Si bien Argentina no está sometida a un bloqueo total ingles desde hace varios años, cuando se trata de reequipamiento o de actualización de capacidades, Inglaterra no se pierde la oportunidad de ponernos “el palo en la rueda”. Por ejemplo, tenemos los C-130, Fokker F-28 y helicópteros AB-206, todos volando con motores Rolls Royce. Pero tenemos un componente de la motorización del destructor ARA Heroína, llamado “rueda lenta” que se envió al fabricante para su reparación y el Gobierno de UK no la devuelve porque la embargó. Y ahora decide bloquear el tibio intento de la Fuerza Aérea Argentina por adquirir un mínimo de capacidad moderna. Se va perfilando un patrón.
Está clarísimo que 10 F/A-50 de segunda mano, o incluso si fueran nuevos y de la última versión, no suponen ninguna amenaza para para el sistema defensivo instalado en las Malvinas. Saben muy bien que las Fuerzas Armadas nacionales están en un estado tal, que montar cualquier operación de recuperación de las islas es materialmente imposible, aún si hubiera voluntad política/popular de embarcarnos en otra aventura militar, que no hay.
Nuestra política exterior respecto al tema Malvinas es, según el Gobierno de turno, más o menos confrontativa, o más o menos de acercamiento y diálogo. La parte de la confrontación, quedó casi siempre en el campo de la retórica y no se llevaron a cabo políticas prácticas sostenidas en el tiempo. Y para el diálogo y el acercamiento, más o menos lo mismo. En definitiva, la política argentina para Malvinas ha sido siempre ambivalente y de poco efecto real, para un lado o para el otro. Lo que sí se puede asegurar, es que desde la vuelta a la democracia, jamás se llevaron acciones gubernamentales de hostilidad abierta.
Entonces ¿por qué se molestan tanto en mantener a Argentina en estado de indefensión?
Con vaivenes y cambios de rumbo o estrategia, Argentina nunca dejó de reclamar su soberanía sobre las Islas Malvinas y llamar al dialogo para su restitución. Cosa que Inglaterra, la potencia que por lejos ostenta el lamentable podio de poseer la mayor cantidad de reclamos (10) ante el Comité de Descolonización de la ONU, jamás aceptó.
Que Argentina haya iniciado el reclamo por la extensión de su ZEE a las 350 millas náuticas ante la ONU, no gustó para nada en el n° 10 de Downing Street.
Y la fuerte presencia Argentina en la Antártida, ininterrumpida durante décadas, es tal vez una de las pocas políticas de Estado que se supieron mantener orgullosamente en el tiempo y uno de los enclaves estratégicos más significativos que causarán fricciones en el futuro.
Entonces, no se trata de que el Gobierno del Reino Unido tema por una nueva “Operación Rosario”, sino que ve a las islas Malvinas como un trampolín desde el cual lanzarse a la explotación masiva de los recursos del inmenso y rico mar austral, así como de la Antártida, el último continente “virgen”.
Rusia, EEUU, Canadá, China y los países del norte de Europa están militarizando el círculo polar ártico, porque, previendo los efectos devastadores del cambio climático sobre la masa de hielo boreal, pretenden disputarse los recursos energéticos y de minerales que quedarán expuestos para la explotación. En cambio, UK esté mirando al polo opuesto, pero con la misma intención. Tiene su lógica, muchísima menos competencia y beneficios potencialmente más grandes.
Aviones, relaciones, presiones, estrategia
EEUU
Pero Inglaterra no es la única potencia foránea que mira con glotonería al sur. EEUU siempre va a tratar de mantener el dominio sobre lo que considera su “patio trasero”, y no va a dejar de ser un actor preponderante en el sub-continente. Pero con Inglaterra no va haber conflicto, ya que son Estados amigos y socios estratégicos del más alto nivel. De hecho, Inglaterra invirtió fuertemente en el desarrollo de la próxima generación de submarinos nucleares de misiles balísticos de la US Navy, la clase Columbia, de la cual UK va a adquirir 4 unidades (la futura clase Dreadnought) adaptadas a los requerimientos de la RN, pero que en esencia son los mismos submarinos. Por qué traigo esto de ejemplo? Porque no hay nada más “clasificado” que las características y capacidades de un submarino SSBN. Son como el F-22 de los mares… no! Como el B-2 Spirit de los mares. Estas tecnologías son ultra celosamente guardadas. Que ambas naciones cooperen tan profundamente en algo tan sensible para sus respectivas capacidades de defensa, habla a las claras del nivel de integración sus intereses estratégicos globales a largo plazo. Retengan ese dato.
Porque de terminar adquiriendo cazas de EEUU, digamos, F-16 usados, podrían venir con fuertes restricciones del uso del software. Hay fuertes sospechas de que los F-35 vendidos a Emiratos Árabes Unidos vienen “tocados” de alguna manera en su software para que no representen una amenaza para Israel.
Hay más ejemplos. Los F-18 de la Real Fuerza Aérea Malaya no pueden ser programados por sus dueños para realizar misiones ofensivas contra otros países, porque no tienen acceso al software. O los F-16 de la Fuerza Aérea Iraquí, que solo pudieron volver a ser operativos una vez que retornaron al país los contratistas norteamericanos, que son los que manejan las computadoras del caza y permiten programar las misiones.
China
La otra gran potencia que cada vez pisa más fuerte en Argentina (así como en tantos otros países del globo), es China. Desde el fiasco de los F/A-50, en internet surgieron multitud de videos, notas e informes hablando de las fortalezas y debilidades de los aviones de combate chinos, y de las experiencias argentinas con material de esa procedencia. Así que voy a hablar de sistemas específicos, sino de las lo que podría significar decantarse por esa opción.
La realidad, es que la presión política y económica del Gigante Asiático en Argentina crece día a día y si las condiciones económicas generales no mejoran e Inglaterra continúa bloqueando los esfuerzos modernizantes de las FFAA, la opción oriental podría terminar por imponerse pese a la predilección por sistemas occidentales. Créditos blandos y la posibilidad de “pagar en especias” (productos primarios), o con concesiones industriales/comerciales (centrales nucleares o la instalación de las insanas mega factorías de porcinos) los contratos militares, sumado a la imposibilidad de adquirir material occidental moderno y asequible, podrían conducir a una inevitable compra de sistemas de armas chinos. Y eso, irresistiblemente, sentaría las bases de una relación estratégica a largo plazo entre Pekín y Bs.As., que beneficiaria indudablemente a la primera.
Eso sin siquiera ponernos a hablar del atraso tecnológico y falta de confianza en la calidad de sus productos. Los ejemplos los tenemos cerca, en el barrio.
Ecuador compro radares de defensa aérea a China. Los termino devolviendo porque se rompían tanto que nunca estaban en servicio.
Bolivia adquirió entrenadores avanzados K-8 y los helicópteros Z-9, y el resultado es similar. Hay un fuerte descontento porque el gran número de piezas defectuosas hacen que sea muy difícil tener estas aeronaves operativas.
Argentina misma tuvo sus malas experiencias con sistemas de defensa chinos. Por ejemplo la partida defectuosa de municiones para el TAM, que tuvieron que ser reemplazadas por una partida de municiones israelí, luego de que una de las municiones chinas hiciera explotar el cañón de uno de los tanques durante un ejercicio. También está la mala experiencia del Ejército Argentino en el uso de los vehículos blindados 6X6 WMZ-551B1. La experiencia buena fue cuando se jugó con la idea de fabricar bajo licencia en FAdeA el Changhe Z-11, que es una copia del Eurocopter AS350 Ecureuil. En las pruebas mostró adecuado, pero el aparato probado contaba con motor y transmisión franceses, por lo que no representaba fielmente a la versión que se fabricaría en Córdoba, con esos elementos tan esenciales cambiados por sus copias chinas. Así que sanamente quedó en la nada.
Si por diversos factores se terminara por imponer la opción de China, realmente habría que tener muchísimo cuidado durante la negociación del contrato y estarles muy encima durante todo el proceso de fabricación, para mitigar el impacto de las piezas de mala calidad. En todo caso, mi opinión es que se debería ir por el J-10C en vez del tecnológicamente inferior JF-17, un sistema que opera la misma Fuerza Aérea China (PLAAF), para sumarse a su cadena logística y de entrenamiento y minimizar los riesgos de obtener un producto de baja calidad.
Rusia
Históricamente, las FFAAs argentinas jamás quisieron material de este origen. Hay motivos técnicos (una cadena logística deficiente, por ejemplo) y motivos ideológicos (como si el comunismo fuera una enfermedad contagiosa). En cuanto a la calidad de sus productos, la misma ha mejorado mucho desde los tiempos soviéticos, cuando se construía según una filosofía de guerra, en la que no se necesitaban sistemas con muchos años de vida, sino que fueran efectivos y rápidos de producir.
Tecnológicamente, sus aviones están por detrás de los mejores de occidente, pero por delante de opciones como las de China o India. Los Mi-171 de la FAA, muy resistidos, terminaron gustando y convenciendo. Seguramente se terminen por adquirir las 3 unidades restantes de las opciones que figuraban en el contrato.
Desde un punto de vista político, una adquisición de material bélico ruso creo que resultaría bastante inocua. Rusia no es China. Sobre todo en su capacidad de presión e imposición. Rusia quiere venderle a Argentina desde siempre. Para ellos, una venta de armas a nuestro país significaría una buena publicidad. Ayudaría a establecerse en la región como un socio confiable. También se podrían implementar formas de pago no monetarias a base de productos primarios o contratos estatales de represas, trenes, etc.
La dependencia de la economía argentina de la rusa es nula, contrario a lo que sucede con el impacto del mercado chino en la economía argentina, lo cual debería demostrar el poco riesgo estratégico que conllevaría para Argentina la compra de material militar ruso. De hecho, permitiría la apertura de nuevas fronteras comerciales y de integración técnica, que hasta ahora no existen. Siempre es mejor tener más opciones, que menos.
Últimamente parece que desde Rusia llegó una oferta de producir (ensamblar, seguramente) el avión de entrenamiento avanzado y ataque ligero YAK-130 en FAdeA, en sustitución del malogrado F/A-50. Vi que hay bastante entusiasmo general por la idea, porque además, se ajusta a las exigencias del FONDEF. Y pese a que tengo una excelente opinión personal del YAK-130 y me gusta mucho, yo me pregunto ¿para qué le serviría a la FAA? En su capacidad de entrenador estaría compitiendo en parte contra el Pampa. Y como caza de ataque ligero, lo cierto es que no entrega nada que no da hoy día el A-4AR. De hecho, es inferior a éste en un par de aspectos. Y finalmente, no es lo que pide la FAA, ellos quieren un avión supersónico.
En ese punto, Rusia solo puede ofrecer opciones más caras de comprar y operar, como el MiG-29 M/M2, el MiG-35 (al cual quieren encontrarle desesperadamente un cliente de exportación) y los enormes Sukhoi. Por las facilidades de pago que podría ofrecer Rusia, el problema no necesariamente sería la compra de una docena de unidades, sino el coste de operación. Ese es siempre un costo en dólares, sin financiación. A los niveles presupuestarios que se manejan para la cartera de Defensa actualmente, estos grandes bimotores son prohibitivos. No es por capricho que la FAA quiere monomotores.
Israel
Las relaciones entre el Estado de Israel y el de Argentina han sido, casi siempre, bastante buenas. El material de defensa israelí es conocido y apreciado en FAdeA, y las FFFAAs argentinas, desde hace muchos años. Si esto no se ha transformado en relaciones técnico/comerciales consistentes, es por la crónica incapacidad de pago argentina.
Para la FAA, a modo de stop gap, Israel podría ofrecer 2 opciones. El Kfir NG, que también se está ofreciendo a Colombia, es un caza de 3ra generación pero con electrónica de un 5ta gen (computadoras, presentación de datos, comunicaciones, guerra electrónica, radar AESA, etc), que además vendría equipado con el mismo motor GE F-414 del F/A-Super Hornet (si el congreso de EEUU lo aprueba).
La otra opción es la de F-16 C/D Barak de segunda mano, con un upgrade cuyo alcance depende del dinero disponible a invertir. Esta opción es de lo mejorcito que puede aspirar la FAA en el mercado de segunda mano. Estas aeronaves presentan modificaciones y modernizaciones superiores a sus homólogos europeos o norteamericanos. Esta opción había sido elegida ganadora por la Fuerza Aérea Croata para reemplazar a sus viejos MiG-21, pero en su momento el negocio fue bloqueado por EEUU, que impidió la re-exportación del F-16, para favorecer su propia propuesta por F-16V nuevos. El concurso croata se volvió a lanzar e Israel propuso nuevamente sus Barak, con lo que podría entenderse que hubo algún tipo de arreglo entre Jerusalén y Washington. Lo cual podría resultar beneficio, colateralmente, para Argentina.
Aunque hablemos de solo unas 12 o 14 unidades, estas adquisiciones podrían poner finalmente en contacto a los pilotos argentinos con tecnología moderna del primer nivel, permitiendo hacer escuela y generar doctrina de combate del siglo XXI. Y otro punto fundamental, es que Israel produce una gama completa de armamento y pods de sensores para equipar a estos aviones, sin necesidad de ir a otros mercados.
Corea del Sur
Sigo pensando que, a mediano y largo plazo, la opción por los KAI F/A-50 Golden Eagle es la de mejor relación costo beneficio para Argentina. No hablo de los aviones boicoteados por Londres, sino de aviones nuevos, en número adecuado a las necesidades mínimas de la FAA.
Corea tiene una industria de defensa en ciernes y necesita establecerse en los mercados internaciones como un proveedor confiable y de calidad. El Golden Eagle se viene exportando con relativo éxito y es una aeronave bien conceptuada por los expertos. El segmento del mercado de aviones de entrenamiento avanzado/caza ligero al que pertenece y lidera, viene creciendo y se proyecta con un potencial de fabricación de entre 800 a 1000 unidades nuevas en los próximos años.
A KAI le serviría penetrar con su producto estrella (hasta que esté listo el KF-X) el mercado Latinoamericano, y a Argentina le serviría ser el cliente n° 1, asegurándose de mínimo, un centro de mantenimiento mayor y ensamblaje en FAdeA, así como la transferencia de tecnología asociada.
Creo que hay mucho potencial para negociar condiciones que satisfagan a todas las partes. Eso sin contar que es EL avión elegido por la FAA. En parte, porque los costos para mantener una docena de F/A-50 volando serían bastante menores al de la mayoría de las otras opciones.
Y desde un punto de vista de la geoestrategia, es una de las opciones que garantiza mayor autonomía a la Argentina. Al ser una potencia de segundo o tercer orden, la adquisición de material bélico coreano no debería implicar concesiones políticas significativas ni generar relaciones económicas/diplomáticas de dependencia.
Para finalizar
Como se ve, comprar un caza no es solo comprar un caza. Hay muchos factores a considerar, además de los técnicos y comerciales. Toda elección tiene sus consecuencias. Argentina tiene que buscar, entre las pocas opciones disponibles, cual es la del máximo beneficio, que le implique los menores riesgos estratégicos y/o disminución de su agencia (capacidad de actuar en el mundo, desde la perspectiva de la filosofía/sociología) soberana.
Claramente, elija lo que se elija (si se elige), la condición de que no debe tener componentes de empresas inglesas es innegociable. Para lo cual hay que estar muy atentos, porque no es fácil. La tercera empresa de Defensa más grande del mundo es BAE Systems, inglesa, y tiene intervención directa o por subsidiarias en componentes de mucho de los sistemas de armas que se producen en occidente. Es realmente un pulpo.
El otro punto a tener muy presente a la hora de negociar, es tener acceso a los códigos fuentes y software critico completo de las aeronaves. Porque sino sería como comprar un auto y no tener la llave para hacerlo andar.
Pero el verdadero obstáculo es interno. Si en vez de 10 aviones usados se buscara adquirir 36 aeronaves nuevas, las opciones para sortear los bloqueos ingleses serían mucho mayores.
La falta de una política de defensa clara y congruente es el verdadero escollo que la Argentina debe sortear para poder plantearse cualquier proyecto serio de modernización y recuperación de capacidades. Ya no se puede seguir negando que Argentina tiene hipótesis de conflicto (HHCC), el veto de Londres es un elocuente recordatorio de que si existen.
La falta de políticas exteriores claras, la incapacidad de proyectar fuerza y el enclenque estado de sus FFAAs, dejan a la Argentina como un interlocutor mudo en cualquier mesa de negociación respecto a la explotación racional de los recursos australes. La Argentina está en una zona privilegiada del globo, llena de recursos naturales y humanos, que le da la potencialidad de convertirse en un jugador de preponderancia mundial. Pero sin una Política de Defensa activa y acorde, todo ese potencial se diluye en la nada.
Y aún más, en este estado de indefensión, la Argentina queda expuesta a todo tipo de atropellos a su soberanía. Contrario a lo que muchos puedan pensar, tener un aparato de defensa moderno y competente no incita a la guerra, la previene.
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