La ampliación del aeropuerto de El Prat, un tema que ha estado en el aire durante años, acaba de encontrar un nuevo y peculiar obstáculo: la Casa Gomis. Según informó El Mundo, el Ministerio de Cultura ha adquirido este edificio histórico por 7,2 millones de euros, con la intención de convertirlo en un centro cultural y de interpretación medioambiental. Aunque suena a una buena iniciativa para preservar el patrimonio, la compra también tiene un efecto secundario bastante estratégico: pone piedras en el camino al proyecto de expansión del aeropuerto que promueve Salvador Illa, presidente socialista de la Generalitat.
La Casa Gomis, una joya del movimiento racionalista, se encuentra en pleno espacio natural de La Ricarda, un área protegida que ya había sido un punto clave para frenar la expansión en 2021. En ese entonces, los comunes, liderados por Ada Colau y Yolanda Díaz, tumbaron los planes de Aena blandiendo el argumento de proteger el medioambiente. Ahora, con esta nueva adquisición, parece que se repite la jugada. Según cita El Mundo, fuentes cercanas a los comunes admitieron que "le complicamos mucho la vida a Illa" con esta maniobra.
La propuesta original de Aena, respaldada por el gobierno central, incluía una inversión de 1.700 millones de euros para alargar la tercera pista en 500 metros y construir una terminal satélite.
El diario también apunta a Jordi Martí, exmano derecha de Colau y ahora secretario de Estado de Cultura, como el principal impulsor de la compra. Martí ya quería incorporar la Casa Gomis al patrimonio cultural cuando era concejal, pero no tenía competencias al tratarse de un municipio vecino. Ahora, con el respaldo del Ministerio de Cultura, logró su objetivo y, de paso, dio a los comunes un argumento más para oponerse a la ampliación de El Prat.
Illa había reactivado el proyecto en septiembre, anunciando la creación de una comisión técnica para diseñar un nuevo plan que aumentara la capacidad del aeropuerto. El socialista esperaba presentar avances en este 2025, pero la Casa Gomis se suma a una larga lista de desafíos políticos y medioambientales.
Los comunes, según señala El Mundo, mantienen su oposición férrea al proyecto y ya están utilizando esta adquisición como un nuevo motivo para bloquearlo.
En resumen, lo que parecía un avance técnico para mejorar la conectividad aérea de Cataluña se encuentra nuevamente enredado en debates políticos, intereses medioambientales y estrategias de preservación cultural. Según El Mundo, este "movimiento maestro" de los comunes pone en jaque no solo a Illa, sino también a las aspiraciones de quienes ven en la ampliación del aeropuerto una oportunidad clave para el desarrollo económico de la región.
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