Azul Linhas Aéreas manifestó su optimismo respecto a la resolución de la deuda de TAP, contraída en 2016, y reafirmó que “nadie niega” que se realizó un préstamo superior a 90 millones de euros. John Rodgerson, CEO de Azul, habló con la Agência Lusa sobre la claridad de la situación financiera entre ambas compañías y su intención de anticipar el pago de los montos adeudados.
Rodgerson comentó que “es muy claro que Azul prestó dinero a TAP, y nadie lo niega. Dimos 100 millones de dólares [aproximadamente 97 millones de euros, según la tasa actual] para fortalecer a TAP.”
Destacó que la aerolínea contrató un estudio de abogados en Portugal para intermediar las negociaciones sobre la deuda, con el objetivo de “garantizar que todos estén protegidos”, expresando confianza en que el proceso “se resolverá”, reporta nuestro medio asociado en Brasil, AEROIN.
La deuda en cuestión surgió después de que el gobierno portugués aprobara la venta del 61% del capital de TAP al consorcio Gateway, liderado por David Neeleman, cofundador de Azul, y el empresario portugués Humberto Pedrosa, quienes fueron seleccionados en el proceso de privatización, mientras que Germán Efromovich quedó fuera.
Azul considera que resolver la deuda es crucial antes de cualquier nueva venta de TAP para evitar afectar el proceso. Rodgerson ya ha transmitido esta postura a los directivos de la aerolínea portuguesa en conversaciones previas.
El ejecutivo afirmó que “con el avance hacia una eventual privatización de TAP, la reducción de la empresa que firmó el préstamo y la disminución de las garantías de la deuda, Azul contrató un estudio de abogados en Portugal para asegurar que las garantías sean efectivas o que la deuda se pague por adelantado.”
Azul también resaltó que el préstamo de 90 millones de euros fue concedido junto con un aporte adicional de 30 millones de euros del gobierno portugués, con el propósito de mejorar la liquidez de TAP, que en ese momento enfrentaba graves dificultades financieras.
Según informes de la prensa brasileña, la deuda ya supera los 1.200 millones de reales (unos 200 millones de euros) y tiene vencimiento hasta 2026. Azul busca una solución amistosa antes de la nueva privatización de la aerolínea estatal portuguesa, pero no descarta medidas más estrictas si no se llega a un acuerdo con TAP.
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