Trump critica retrasos en la entrega del nuevo Air Force One
El presidente Donald Trump recorrió un Boeing 747-8 en Florida para resaltar las demoras en la entrega de los nuevos aviones presidenciales, originalmente programados para 2024.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, visitó este sábado un Boeing 747 en West Palm Beach, Florida, con el objetivo de enfatizar los retrasos en la entrega de los nuevos aviones presidenciales Air Force One, según informó la Casa Blanca.
Trump negoció la adquisición de dos aviones Boeing 747-8 durante su primer mandato (2017-2021), pero la entrega de las aeronaves se ha postergado por varios años. Inicialmente prevista para diciembre de 2024, la llegada de los aviones ha sido reprogramada para 2029, lo que extendería la espera hasta el final de un eventual segundo mandato de Trump.
El director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, señaló que la visita del presidente a la aeronave buscó "revisar el nuevo hardware y tecnología" y subrayar "el incumplimiento en la entrega del nuevo Air Force One en los tiempos prometidos".
De acuerdo con lo reportado por Reuters, la aeronave que Trump recorrió en el Aeropuerto Internacional de Palm Beach es un Boeing 747-8 con 12 años de antigüedad, anteriormente propiedad de la familia real de Catar y actualmente operado por una compañía con sede en la Isla de Man.
No está claro si la visita fue coordinada con Boeing, que hasta el momento no ha emitido comentarios sobre el evento. La compañía ha remitido cualquier consulta sobre el retraso en el programa Air Force One a la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
El CEO de Boeing, Kelly Ortberg, informó que la empresa había iniciado conversaciones con Elon Musk, aliado de Trump y CEO de SpaceX, para acelerar la modernización de los aviones, a pesar de la competencia entre ambas compañías en la industria aeroespacial. "El presidente quiere esas aeronaves lo antes posible, así que estamos evaluando con Elon qué se puede hacer para adelantar el cronograma", declaró Ortberg a CNBC el 28 de enero.
Boeing ha atribuido las demoras a problemas en la cadena de suministro, costos elevados y la complejidad técnica de las aeronaves, diseñadas para funcionar como una Casa Blanca aérea en situaciones de emergencia.
En 2016, Trump cuestionó el alto costo de los nuevos aviones presidenciales y presionó a Boeing para limitar el contrato a un máximo de 4.000 millones de dólares. La compañía posteriormente reconoció que el precio acordado resultó ser inferior a los costos reales de fabricación, dado el equipamiento militar, los sistemas de comunicación avanzados y las medidas de autodefensa con que deben contar las aeronaves.
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