Trump envió a Caracas una comitiva para tratar las deportaciones de venezolanos
Un Boeing 737 de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF) aterrizó en Caracas en la mañana de este viernes 31 de diciembre.
Un avión Boeing 737-700 modificado para el servicio militar y designado como C-40 Clipper de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF) fue utilizado para transportar a diplomáticos estadounidenses a Caracas, Venezuela.
Este vuelo se realizó en el contexto de una orden del entonces presidente Donald Trump para iniciar conversaciones entre los gobiernos de Estados Unidos y Venezuela, con el objetivo de abordar varios temas de interés bilateral, particularmente relacionados con la migración y la situación política en Venezuela.
Uno de los puntos centrales de estas negociaciones fue la recepción de vuelos con ciudadanos venezolanos que habían emigrado ilegalmente a Estados Unidos y que se encontraban detenidos por el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés).
Estos individuos estaban a la espera de una decisión para ser deportados a su país de origen. Según informes, en los últimos años, cientos de miles de venezolanos han emigrado a Estados Unidos debido al deterioro de las condiciones económicas, políticas y sociales en Venezuela, y muchos de ellos han sido arrestados por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
En los últimos días, decenas de venezolanos, incluidos al menos 25 miembros de bandas criminales, habían sido arrestados por el ICE. Aunque no se ha proporcionado un número exacto de detenidos, se estima que son miles, dado que más de 545.000 venezolanos han llegado a Estados Unidos en los últimos años.
En 2023, ya se habían realizado algunos vuelos de deportación directos desde Estados Unidos a Caracas. Sin embargo, tras el agravamiento de la situación política en Venezuela, especialmente después de las elecciones consideradas fraudulentas que reeligieron a Nicolás Maduro, el gobierno estadounidense reinstauró sanciones contra Venezuela. Como resultado, el gobierno venezolano había dejado de aceptar vuelos con deportados, lo que complicó aún más la situación.
A bordo del C-40 Clipper se encontraba Richard Grenell, el enviado especial de Trump para asuntos de inmigración. Grenell ha sido una figura clave en las negociaciones y ha expresado que "hablar es parte de la estrategia para ganar". El avión despegó de la Base Aérea Andrews, ubicada cerca de Washington D.C., y aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Caracas en horas de la mañana.
Este vuelo y las conversaciones subsiguientes representan un esfuerzo por parte del gobierno estadounidense para abordar la crisis migratoria y las tensiones políticas con el régimen de Maduro, en un contexto en el que la situación en Venezuela sigue siendo crítica y la diáspora venezolana continúa creciendo.
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