Trump presentó el Boeing F-47, el futuro caza de sexta generación de la USAF
"Con el F-47, no solo estamos construyendo otro caza, estamos moldeando el futuro de la guerra y poniendo a nuestros enemigos en alerta."
Boeing ha sido seleccionada por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos para liderar el desarrollo de un nuevo caza de sexta generación, parte del programa Next Generation Air Dominance (NGAD). Esta victoria marca un momento crucial para la empresa, que se enfrenta a desafíos en su división de defensa. Además, la adjudicación del contrato será fundamental para asegurar el futuro de su planta en St. Louis, que enfrenta el cierre de su línea de producción de aviones F/A-18.
El caza NGAD, también conocido como el F-47, será esencial para mantener la superioridad aérea de Estados Unidos, especialmente en el contexto de la creciente competencia con China, que también ha mostrado avances en el desarrollo de cazas de sexta generación. La selección de Boeing en este competitivo proceso pone fin a la hegemonía de Lockheed Martin como el único productor de cazas furtivos, tras su éxito con el F-22 Raptor y el F-35 Joint Strike Fighter.
“Con el F-47, no solo estamos construyendo otro caza, estamos moldeando el futuro de la guerra y poniendo a nuestros enemigos en alerta. Esta plataforma será el caza más avanzado, letal y adaptable jamás desarrollado, diseñado para superar, maniobrar y vencer a cualquier adversario que se atreva a desafiar a nuestros valientes aviadores”, señaló el Gral. David Allvin, vicejefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
“A pesar de lo que afirmen nuestros adversarios, el F-47 es verdaderamente el primer caza de sexta generación tripulado del mundo, construido para dominar al adversario más capaz y operar en los entornos de amenaza más peligrosos imaginables”, continuó, asegurando que “si bien el F-22 es actualmente el mejor caza de superioridad aérea del mundo, y su modernización lo hará aún mejor, el F-47 es un salto generacional hacia adelante. La madurez del avión en esta fase del programa confirma su preparación para dominar la futura lucha”.
“Comparado con el F-22, el F-47 costará menos y será más adaptable a las futuras amenazas, y tendremos más F-47 en nuestro inventario. El F-47 tendrá un alcance significativamente mayor, sigilo más avanzado, será más sostenible, más soportable y tendrá una mayor disponibilidad que nuestros cazas de quinta generación. Esta plataforma está diseñada con una mentalidad de “construido para adaptarse” y requerirá significativamente menos mano de obra e infraestructura para su despliegue”, agregó.
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En contraste con otras competiciones abiertas, como la que enfrentó a Boeing y Lockheed por el desarrollo del F-35, el programa NGAD se ha mantenido en gran medida en secreto. Se ha revelado que al menos uno de los prototipos de este caza ya ha realizado vuelos de prueba, aunque los detalles sobre sus capacidades avanzadas siguen siendo limitados. Lo que se sabe es que el NGAD contará con capacidades de sigilo avanzado, comunicación de última tecnología y armamento de vanguardia. Además, será compatible con el sistema de drones de combate colaborativo que está en desarrollo para complementar la misión de los cazas tripulados.
El proceso de adjudicación del contrato se había retrasado durante el último año debido a discusiones sobre el diseño y el costo del avión, pero con una revisión interna que validó las necesidades del programa, la decisión final fue tomada bajo la administración de Donald Trump, que ahora se materializa con el contrato otorgado a Boeing. Esto llega en un momento en el que la Fuerza Aérea estadounidense se muestra cada vez más preocupada por la necesidad de un caza de sexta generación que pueda hacer frente a los desafíos de superioridad aérea en un entorno de creciente contestación, especialmente con la presencia de la potencia militar china.
El F-47 no solo representará un cambio tecnológico en términos de capacidades, sino también un reto financiero considerable. Se espera que cada unidad del nuevo caza cueste cientos de millones de dólares, mucho más que el F-35, aunque la Fuerza Aérea planea adquirir un número inicial de al menos 200 unidades. Esto se sumará a los miles de millones de dólares que se destinarán a los programas de desarrollo de motores de nueva generación y a la integración de tecnologías adaptativas, que mejorarán el rendimiento del avión en cuanto a empuje y eficiencia de combustible.

A pesar de las dudas sobre la viabilidad financiera y el costo del programa, la adjudicación del contrato a Boeing marca un punto de inflexión significativo para la compañía, que ahora tiene la oportunidad de fortalecer su presencia en el sector de la aviación militar, un área crucial para su futuro. Sin embargo, el camino hacia la producción será largo y el éxito del programa dependerá de la capacidad de Boeing para cumplir con los exigentes estándares establecidos por la Fuerza Aérea, tanto en términos de rendimiento como de costos.
"Nuestra misión es clara. Aseguraremos que los cielos de América permanezcan seguros y que nuestra disuasión sea inquebrantable. Con el F-47, fortaleceremos nuestra posición global, manteniendo a nuestros enemigos desequilibrados y a raya. Y cuando miren hacia arriba, verán nada más que la derrota segura que espera a aquellos que se atrevan a desafiarnos: "Poder aéreo en cualquier momento, en cualquier lugar" no es solo una aspiración, es una promesa", concluyó Allvin.
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