La Oficina de Industria y Seguridad de Estados Unidos (BIS) ha añadido a Rossiya como la quinta compañía aérea rusa sujeta a una orden de denegación de exportación (TDO). Con ello, se prohíbe a cualquier empresa, con sede en EE.UU. o no, la venta de productos producidos en ese país a la aerolínea rusa.
«Nuestra poderosa coordinación con nuestros socios internacionales está cortando la capacidad de Rusia para adquirir las piezas y los suministros necesarios para mantener su agresión militar, y la acción de hoy fomenta los esfuerzos de aplicación necesarios para garantizar el cumplimiento de estas restricciones. Es otro mensaje contundente al gobierno de Putin de que EE.UU. permanecerá vigilante y no dudará en utilizar nuestras herramientas de aplicación de la ley contra las empresas e individuos rusos que la infrinjan», dijo el Subsecretario de Comercio para la Industria y la Seguridad de EE.UU., Alan Estevez.
Según reporta nuestro medio asociado Aeroin, el BIS ya ha emitido anteriormente solicitudes similares para Aeroflot, Azur Air, UTair y Aviastar-TU. Las DOT son más exhaustivas que las sanciones generales, que prohíben la venta de cualquier bien o servicio relacionado con la aviación a Rusia. Cualquier entidad de un tercer país que haga negocios con alguna de las compañías aéreas en el marco de la TDO también puede ser objeto de sanciones.
Rossiya está totalmente consolidada en el grupo estatal Aeroflot, aunque el gobierno regional de San Petersburgo controla una participación minoritaria del 25%.
Abramovich
El BIS también ha actualizado su lista de aeronaves que se considera que infringen las sanciones de EE.UU. a Rusia, y ha incluido el Boeing 787-8 (BBJ), P4-BDL (msn 37306), que se opera por cuenta del oligarca Roman Abramovich.
Es la segunda aeronave de Abramovich que se añade a la lista del BIS (que, por lo demás, abarca las que en su día fueron arrendadas a las compañías aéreas rusas y que posteriormente fueron expropiadas por éstas tras la imposición de sanciones, incluidas 18 aeronaves operadas por Rossiya), después del Gulfstream G650ER LX-RAY (msn 6417).
El Abramovich contento, ya que según establece la legislación internacional sobre embargo o congelación de bienes en un país (mirar caso cubano) estos deben conservarse y estar entregarse disponibles para entregarse tal cual fueron apresados.
Así su mantenimiento y costeo ahora está a cargo del erario público del sancionador, como otros yates, jets y viviendas confiscados con las sanciones actuales.
De esta forma, Abramovich no asume ni necesita asumir más su coste por ahora, pese a no poder disponer de este avión actualmente donde está.
Y ya que estos oligarcas no han cometido delito tipificado judicialmente antes de estas resoluciones políticas, así como es difícil buscar nuevos compradores ante las modificaciones ad hoc de las leyes de estos países para expropiar propiedades por la fuerza (desincentivando a otros poderosos oligarcas de otras nacionalidades a invertir en estos países a medio y largo plazo); está siendo un fracaso usar este patrimonio confiscado para obtener algún beneficio.
Si no pérdida enorme de fondos públicos, al país que embarga o sanciona.