Como resultado no buscado de la invasión rusa a Ucrania, Finlandia y Suecia abandonarán su histórica postura de neutralidad y quieren unirse a la OTAN. ¿Qué poder de combate aportarán sus Fuerzas Aéreas?
En primer lugar, hay que señalar que tanto las fuerzas armadas de Suecia como de Finlandia, han desarrollado a lo largo de los años, una gran interoperabilidad con respecto a la de sus vecinos, socios de la OTAN, pulida a través de múltiples ejercidos bilaterales y multilaterales.
Una cuestión fundamental que ayuda a la interoperabilidad, es que tanto Suecia como Finlandia fueron adoptando progresivamente los estándares de la OTAN para sus sistemas de armas.
Otro aspecto importante es que estos países nórdicos y los aliados de la OTAN poseen una visión geopolítica compartida (cuando se trata de cuestiones básicas de seguridad europea) lo que permitió el establecimiento de canales de comunicación fluidos y, en cierta medida, buenas relaciones entre sus organismos de inteligencia y fuerzas armadas.
Estas características hacen que tanto Suecia como Finlandia, aunque explícitamente independientes, siempre fueron considerados países “simpatizantes” de la OTAN (“OTAN friendly”, si se quiere), lo cual debería facilitar su integración dentro de la estructura de mando y operaciones combinada de la organización, no sea particularmente compleja.
Y si bien es cierto que hoy su ingreso está siendo bloqueado por Turquía, que aprovecha su capacidad de veto para negociar con EE.UU. un relajamiento de las sanciones económicas, y tal vez recuperar su participación en el programa Joint Strike Fighter; lo cierto que es nadie realmente está poniendo en tela de juicio que, más temprano que tarde, ambos países se convertirán en los miembros más nuevos de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
Pero en términos reales ¿cuál es poder que las Fuerzas Aéreas de Suecia y Finlandia traen a la mesa de la OTAN?
En términos cuantificables
Veamos cuáles serían las principales contribuciones cuantitativas de las fuerzas aéreas finlandesas y suecas al poder aéreo combinado de la alianza atlántica.
Fuerza Aérea Sueca
SAAB JAS-39C Gripen
La Fuerza Aérea Sueca despliega como su principal medio defensivo/ofensivo al caza ligero JAS-39 Gripen, en su variante C, cuyo número está comprendido entre las 65 y las 70 unidades (según la fuente consultada).
Este pequeño pero potente avión de combate fue diseñado según las particulares exigencias suecas, como ser una maquina fácil y barata de operar, con el mínimo impacto logístico posible, y que pueda ser desplegado en misiones de combate desde las carreteras del interior del país (doctrina de operaciones dispersas), a fin de evitar ser destruidos en sus bases ante un eventual conflicto con la extinta U.R.S.S.
Aunque ya tienen sus años, los Gripen C fueron sujetos a varios trabajos de modernización y hoy día son aviones de combate muy válidos, con capacidad de utilizar el misil aire-aire de largo alcance MBDA Meteor.
Vea también: Saab recibe un contrato para modernizar los JAS-39 Gripen C/D suecos
Los monoplazas C y los 20 Gripen D biplazas, recibirán nuevos trabajos de modernización, para que permanezcan vigentes hasta el año 2035, momento en el que deberán ser reemplazados por un caza de próxima generación, potencialmente el Tempest.
Además, Fuerza Aérea encargó a SAAB la fabricación de 60 Gripen serie E, una versión profundamente modernizada, más potente y capaz del JAS-39C, también adquirida por la Fuerza Aérea Brasileña.
Aviones de misión especial
Suecia posee una industria de defensa altamente tecnologizada, que pudo desarrollar sus propias plataformas de reconocimiento electrónico, altamente capaces.
La Fuerza Aérea Sueca posee dos aviones Gulfstream IV, modificados con sistemas de inteligencia para realizar misiones de reconocimiento electrónico, o ELINT.
También posee dos aviones de alerta aérea temprana SAAB 340 AEW (tiempo atrás tuvo 6 unidades de este tipo), los cuales montan un radar de exploración aérea Erieye, con capacidad de detectar aeronaves en todo tipo de regímenes de vuelo y clima, además de poseer capacidad de detección marítima. Estos aviones serán reemplazados por dos GlobalEye AEW&C, mucho más potentes que los SAAB 340 AEW, tanto por su plataforma como por sus sensores de nueva generación.
Carga y transporte
Dado el tamaño de Suecia y que hasta ahora no hubo necesidad de realizar despliegues a grandes distancias, los aportes que realice a la capacidad de transporte logístico de la OTAN serán relativamente marginales.
La Fuerza Aérea Sueca cuenta actualmente con cinco C-130H Hércules y un KC-130H para misiones de reabastecimiento en vuelo. A lo cual hay que sumar un SAAB 340 para transporte ligero y enlace.
Vale la pena mencionar, que Suecia tiene acceso a ciertas capacidades de transporte pesado/estratégico, ya que es socio, junto a Finlandia y otros miembros de la OTAN, de la flotilla europea Heavy Airlift Wing (o HAW), compuesta por tres C-17 Globemaster III.
Una vez que el país ingrese en la OTAN, es probable que su Fuerza Aérea deba invertir en el mediano plazo en adquirir cierta capacidad propia de despliegue estratégico.
Helicópteros
La fuerza de helicópteros sueca está articulada alrededor de las operaciones de despliegue rápido de fuerzas ligeras, el reconocimiento armado y las operaciones de fuerzas especiales.
Actualmente las Fuerzas Armadas Suecas cuentan con una veintena de helicópteros ligeros AW109 LUHS, 18 NH90 de transporte medio (9 en versión de transporte y 9 para misiones ASW) y 15 UH-60M BlackHawk.
Fuerza Aérea Finlandesa
F/A-18 Hornet
Más pequeña que la de Suecia, aunque ciertamente potente, la capacidad de combate de la Fuerza Aérea Finlandesa está centrada alrededor de más de 50 F/A-18C Hornet monoplazas y 7 F/A-18D biplazas.
Los Hornet finlandeses fueron sometidos a diversos procesos de actualización a lo largo de los años, para mantenerlo en un nivel acorde a las amenazas contemporáneas, y actualmente conforman un sistema de armas muy potente, ya pueden ser armados con misiles aire-aire de mediano alcance AIM-120C-7 AMRAAM, misiles aire-aire de corto alcance AIM-9X Sidewinder y el potente AGM-158 Joint Air-to-Surface Standoff Missiles, capaz de destruir buques e instalaciones terrestres hasta casi los 400km de distancia.
Pero Finlandia tendrá una Fuerza Aérea aún más potente, ya que decidió sustituir a sus Hornet, con el Lockheed Martin F-35A bloque 4, cuyas 64 unidades contratadas (por 9.400 millones de euros) deberán comenzar a ser entregadas a partir del 2025.
Vea también: Finlandia firma el acuerdo de adquisición para los F-35A
Aviones de transporte y misión especial
La Fuerza Aérea Finlandesa basa sus capacidades de transporte táctico en tres Airbus C295M, de los que uno de ellos además cumple funciones de inteligencia electrónica, mediante la instalación de equipo especializado.
Como ya mencionamos, Finlandia es socio de la Heavy Airlift Wing europea, pero estos tres C-17 no representan una contribución novedosa, ya que varios países miembros de la OTAN también son socios y los operan conjuntamente.
Helicópteros
Como medio más significativo dentro de este apartado, el Ejercito Finlandés dispone de una veintena de helicópteros de transporte NH90, en su versión de operación terrestre TTH.
El mejor aporte, el poder de fuego
Hasta aquí, a grandes rasgos, podemos ver que el principal aporte a la OTAN de las Fuerzas Aéreas de Finlandia y Suecia, será en su aviación de combate.
El flanco norte de la OTAN recibiría, hoy día, el importante refuerzo de más de 120 aviones de combate de cuarta generación adecuadamente actualizados. Y a futuro, esta potencia de combate se incrementaría notablemente con la incorporación de los Gripen E suecos y los F-35A finlandeses.
Aspectos cualitativos de la expansión de la OTAN hacia el norte
Las variables cualitativas son seguramente las más difíciles de valorar, pero merece la pena hacer el intento intelectual. Más allá de los números de aviones y helicópteros, en términos estratégicos ¿qué representa para la OTAN y para Rusia, la incorporación de Suecia y Finlandia?
Mare Nostrum
En principio, el Mar Báltico pasaría a ser una especie de piscina o lago privado de la OTAN, del cual la Armada Rusa tendría muy difícil salir. Y la reciente militarización de la estratégica isla de Gotland por parte de Suecia, no hace más que empeorar la situación para las fuerzas armadas rusas.
La frontera indefendible
La incorporación de Finlandia significaría una gran amenaza para Rusia, ya que compartiría más de 1.300 kms de frontera con un socio de la OTAN, en la península de Kola, donde Moscú despliega buena parte de su disuasión estratégica nuclear.
Una ofensiva de la OTAN desde Finlandia contra el Corredor de Murmansk (700 km de vías férreas y terrestres), podría cercenar las comunicaciones y la logística entre Moscú y el importante puerto de Murmansk, así como de todas las bases militares presentes en la península; como el puerto de Severomorsk, base de la Flota del Norte y lugar donde Rusia aloja buena parte de su fuerza de submarinos de ataque nuclear. El terreno agreste y boscoso típico de esa zona, impediría a Rusia montar una defensa efectiva contra el despliegue de fuerzas helitransportadas de operaciones especiales.
Disminución de la amenaza
Los estrategas de la OTAN están muy entusiasmados en que estos países nórdicos se incorporen a la alianza, porque ello conduciría a Rusia a tener que gastar muchos más recursos para proteger su flanco norte, hasta ahora relativamente seguro.
Y si Moscú cuenta con menos recursos, tenderá a empantanarse (o sufrir una humillante derrota) en Ucrania y debería disminuir su presencia en el escenario internacional. Particularmente en Oriente Medio, Asia Central y África, donde Rusia se involucró activamente a fin de disputar espacios de poder que, históricamente, fueron detentados por occidente.
Por ahora, Turquía, y tal vez luego Grecia, dificulten el ingreso de Suecia y Finlandia en la alianza atlántica, pero será solo una cuestión de tiempo, ya que casi todos sus miembros están a favor de la incorporación.
Aunque las crecientes amenazas nucleares rusas no deben ser desoídas y se deberá proceder con extremo cuidado, aceptando algunos compromisos. Luego del fiasco que viene siendo la invasión de Ucrania, posiblemente a Moscú solo le quede una carta creíble por jugar, pero si se usa, puede que ya no haya retorno.