¿Un 2025 tranquilo? después de los problemas, Boeing recupera ritmo de entregas y aporta estabilidad a la industria
El fabricante estadounidense avanza en la distribución de aeronaves acumuladas, impulsando su flujo de caja y consolidando la recuperación del duopolio.
Boeing está acelerando la entrega de aeronaves, destacándose especialmente en la salida de unidades del 737 MAX 8 de su inventario. Este movimiento es crucial para la recuperación del programa, ya que permite liberar capital inmovilizado y redirigir recursos hacia la producción de nuevas unidades en sus plantas de Renton y Everett.
Un análisis de Air Insight que detalla las entregas en lo que va del primer trimestre de 2025 muestra un importante incremento en la salida de aviones acumulados. Las cifras sugieren que varias de estas aeronaves han sido colocadas bajo condiciones comerciales favorables para los clientes, lo que indica estrategias para agilizar su distribución.
En comparación, Airbus también mantiene un ritmo de entregas elevado, con el A220 superando a los modelos E2 de Embraer. Dentro de su portafolio, el A321neo es el programa de mayor valor para la compañía europea.
El rol de Boeing en la recuperación del duopolio
La salud del duopolio Airbus-Boeing es crucial para la industria de la aviación comercial, ya que su estabilidad repercute en toda la cadena de suministro. Boeing, a pesar de los desafíos recientes, está liderando esta recuperación con su estrategia de eliminación de inventario y reactivación de la producción.
Para Airbus, el A321neo sigue siendo su modelo más relevante, mientras que para Boeing, el MAX 8 es la clave de su recuperación. La producción del MAX sigue limitada a 38 unidades mensuales, pero a medida que se cierran las denominadas "fábricas fantasma" y los especialistas regresan a Renton, se espera que la capacidad de fabricación aumente y que Boeing cumpla con sus indicadores clave de desempeño, lo que le permitirá aumentar su límite de producción ante la FAA.
Un duopolio estable beneficia no solo a Boeing y Airbus, sino también a toda la cadena de suministro. La disponibilidad de talento especializado es una preocupación clave en la industria, y la reestructuración de Boeing en su relación con proveedores es un factor determinante para garantizar estabilidad.
El ecosistema de fabricantes también se ve afectado. Embraer y COMAC también dependen de una cadena de suministro fuerte, y si Boeing y Airbus estabilizan su producción los proveedores pueden operar con mayor previsibilidad, beneficiando a toda la industria.
Optimización del flujo de caja
El impacto financiero de esta estrategia es mayúsculo. Boeing redujo el tiempo promedio de entrega a menos de 50 días, aunque Airbus sigue aventajando con un promedio de 25 días. La eliminación de inventario permitirá a la compañía reasignar talento y recursos a la producción de nuevas aeronaves, mejorando su competitividad.
Además, el fabricante tiene un incentivo económico clave: cada MAX en servicio genera ingresos a largo plazo a través del suministro de repuestos y mantenimiento exclusivo en centros autorizados. Colocar estas aeronaves en manos de clientes no solo recupera capital, sino que también activa una fuente de ingresos recurrentes.
Desafíos pendientes
A pesar del avance en la distribución de aeronaves, Boeing enfrenta retos importantes. La certificación del MAX 7, MAX 10 y el programa 777X sigue pendiente, lo que ha generado malestar entre los clientes. Sin embargo, la falta de alternativas inmediatas en el mercado le otorga margen para completar estos procesos.
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